martes, 7 de agosto de 2007

ópera bufa en un acto

¡¡Horror, terror y furor!! o víctimas a granel

Disparate cómico-bufo-espeluznante en un acto


Manuel Arboledas





PERSONAJES
ACTORES
PAZ. SRTA. ÁLVAREZ.
INÉS. SRTA. GONZÁLEZ.
GLORIA. SRTA. JORDÁN.
GONZALO. SR. MONTOSA.
JUAN. SR. VELASCO.
ESPECTADOR 1.º SR. BANQUELS.
ESPECTADOR 2.º SR. BARBERÁ.
APUNTADOR. SR. SIMONDINI.
TRASPUNTE. SR. RODRIGO.
AUTOR. SR. ALBENTOSA.
JUEZ. SR. SANSANO.
Agentes de policía.

Nota: el Sr. Banquels y el Sr. Barberá desempeñaron tan insignificantes papeles por complacencia y en un rasgo de buen humor.






ArribaAbajo

Acto único


Habitación modesta, cuadros, sillas y una cómoda. Puertas derecha, izquierda y al foro.


Escena I



INÉS y GONZALO, sentados.

INÉS
Nada, nada, esposo mío,
esos amores de Paz
es menester que terminen
muy pronto.
GONZALO
Terminarán.

Me he propuesto que ese tipo, 5
vulgo novio..., un animal
que se ha empeñado en hacernos
la oposición, al llegar
a esta casa lo despidas
para que no vuelva más, 10
y si yo me hallara aquí,
con fingida urbanidad
lo mandaré un poco lejos...
o un poquito mas allá.
Yo creo que a la muchacha 15
le tiene que disgustar;
mas qué importa, a los tres días
de despedir al galán
nuestra hija no se acuerda
del veterinario más. 20
Ya lo sabes, lo despides.
INÉS
¿Y si se opusiera Paz?
GONZALO
Entonces eso es lo grave...
Mas confío que al final
convenceré a nuestra hija. 25
INÉS
Quiera Dios que sea verdad.


Escena II



Dichos y PAZ.

PAZ.- Hola, queridos papás.

INÉS.- ¿Cómo te encuentras, remonona?

GONZALO.- ¿Estás más aliviada?

PAZ.- Así, así. Me ha dicho Juanito que tomando mucho hierro, con el tiempo desaparecerá mi enfermedad.

GONZALO.- ¿Y si te oxidas?

PAZ.- Nada tengo que temer. Él me lo asegura y yo le obedezco, porque es muy entendido en eso.

INÉS.- ¿En el hierro?

GONZALO.- Lo dirá por las herraduras, como es veterinario.

INÉS.- Mira, hija mía, tu enfermedad consiste en que te ha sorbido el seso ese novio estúpido.

PAZ. - Mamá, no consiento que lo ultrajes. El padecimiento que siente mi corazón, según su parecer, consiste en la tisis pulmonar complicada con la afección al hígado, que producen las calenturas que no puedo desechar; pero yo creo que esto no tiene importancia.

INÉS.- Ninguna, a Dios gracias.

GONZALO.- Escucha, hijita, si quieres recobrar la salud, despide a ese pelele y no te acuerdes más de él.

PAZ.- ¿Estás en tu juicio? Abandonar al que más adoro, al ser que me da la vida, al que me contaba cuentos tan bonitos...

GONZALO.- Serían verdes, ¿no es cierto?

PAZ.- Entusiasmada con ellos no tuve tiempo de distinguir de colores.

GONZALO.- Lo que debes hacer, repito, es olvidar a ese troncho... Y que vaya con sus cuentos a contárselos a su clientela.

PAZ.- Imposible, antes el hoyo o el nicho.

GONZALO.- Ésos son cuentos.

PAZ.- ¡Ay, papá, si lo conocieras, lo querrías tanto como yo! Es tan bueno y, sobre todo, hace unas curas...

GONZALO.- A los animales mayores.

PAZ.- Y menores. Ayer le curó a la cotorra de doña Escalástica una vejiga que tenía en la punta de la lengua.

INÉS.- Por abusar de ella demasiado.

PAZ.- Es un talento. El domingo me enseñó unas cosas...

INÉS.- Tapa las formas que tienes para decir tonterías.

GONZALO.- Conque, hija de mi alma, no pienses más en él y nos evitarás un disgusto.

INÉS.- ¿Lo harás, ángel mío?

PAZ.- No puedo complacerte, me costaría la vida.

GONZALO.- (A INÉS.) Déjala, ya verás como después varía de opinión.

PAZ.- Procuraré obedecer, pero no confíes.

INÉS.- Vamos Gonzalo, que la niña necesitará reposo.

GONZALO.- Demonio de chica. Vamos.



(Vanse.)

PAZ.- Hay que obedecer, hay que sufrir, (Con resolución.) pero no, no me resigno. Semejante sacrificio no lo podría soportar.



Escena III



PAZ y JUAN, por el foro.

JUAN
Alma mía.
PAZ
Dueño amado.
JUAN
Mi esperanza.
PAZ
Mi alegría.

JUAN
Me tienes acongojado 30
tanto, que por ti he llorado
todas las horas de [día]1.
PAZ
¿Me amarás?
JUAN
Hasta la muerte.
PAZ
¿Lo aseguras?
JUAN
Ya verás.
35
PAZ
Pues amando de esta suerte
no he de dejar de quererte;
mas se oponen los papás.
JUAN
¿Qué has dicido?
PAZ
Lo que pasa. 40
JUAN
Tus palabras
me han herido.
¿Te aconsejan en tu casa
que a mi amor le pongas tasa?
PAZ
Sí, Juan, así ha sucedido. 45
JUAN
Me has matado.
PAZ
¡Ay de mí!
JUAN
Tan sensible
y despreciado.
Yo que a los hombres vencí 50
y para las damas fui
el tipo más agraciado.
Ley maldita.
PAZ
No comprendo.
JUAN
Pues escucha: 55
enseguidita,
cuando en casa estén durmiendo,
tú y yo salimos corriendo.
PAZ
¿En un coche?
JUAN
No, a patita.



Escena IV



Dichos y GONZALO.

GONZALO

(Dentro.)

¿Adónde está ese traidor? 60
PAZ
¡Dios me valga!
JUAN
Aquí se halla.

GONZALO

(Saliendo.)

Al fin te veo, canalla.

(A PAZ.)

Niña, vete al comedor,
que con este marrullero
tengo despacio que hablar. 65
PAZ
(Jesús, se van a matar.)

(Vase.)

JUAN
Don Gonzalo, a un caballero
como yo se le respeta,
porque tengo una escopeta
y un ojo demás certero. 70
GONZALO
¿Amenazas a este cura
que no le teme ni al Cid?
JUAN
Vos, ¿qué pretendéis? Decid,
pues mi paciencia se apura.
¿Qué deseáis?
GONZALO
Una cosa
75
tan trivial como sencilla:
que dejéis a mi chiquilla.
JUAN
Primero será la fosa
conmigo.
GONZALO
Por compasión,

dejad esos amoríos, 80
que son perniciosos.
JUAN
Semejante pretensión
mi dignidad no tolera,
ni mi voluntad soporta.
Usted al cabo se porta 85
como quien es: un cualquiera.
GONZALO
Eres tan vil como necio.
Tu descarada respuesta
no merece más que esta
contestación: te desprecio. 90
JUAN
Me río de su intención,
pues venirme a provocar
es igual que repicar
y andar en la procesión.
GONZALO
(Me enterneceré.) Pasando 95
están las horas, Juanito.
Por favor, vete solito,
no me ves que estoy llorando.
JUAN
Ni en sus lágrimas creí
ni cejo en mis pretensiones, 100
porque me sobran... razones
para nunca ceder.
GONZALO
¿Sí?

Uno sobra de los dos,
o mis lágrimas enjuga.
JUAN
Mejor apelo a la fuga. 105
GONZALO

(Señalando al foro.)

Ésa es la puerta.
JUAN
Con Dios.

(Vase.)



Escena V



PAZ y GONZALO.

PAZ
¿Qué has hecho, papá querido?
GONZALO
Despedir a ese insensato
que darme quiso un mal rato.
PAZ
¿Se ha marchado resentido? 110
GONZALO
No lo sé, creo que sí.
Ya no tienes compromiso
con él.
PAZ
Pues ahora es preciso

que me despidas a mí.
GONZALO
¿Estás demente, hija mía? 115
PAZ
No tal, pero por si acaso
desconfía.
GONZALO
No hago caso

de tamaña tontería.

(Vase.)

PAZ
Ya no volverá jamás
mi más hermoso doncel. 120
No puedo vivir sin él;
mi existencia está de más.
Resígnate, corazón,
y cesa ya de sufrir.
Hoy mismo vas a morir. 125

(Ve unas ligas y las recoge.)

¡Unas ligas! Buenas son.
¡Oh, ligas, que con mis manos
coloqué en mi pantorrilla
y contemplaban tu hebilla
absortos los ciudadanos! 130
Tú que ocultabas lo bello
de tanta hermosura interna,
como apretabas mi pierna
ahora apretarás mi cuello.

(Cuelga las ligas en un clavo y mete la cabeza en ellas simulando ahorcarse.)



Escena VI



GONZALO y, a poco, INÉS.

GONZALO

(Al ver a PAZ.)

¡Qué veo, santo bendito! 135
Mi hija ahorcada, mas con arte.
Voy en seguida a dar parte
al señor juez del distrito.

(Vase.)

INÉS

(Da un grito.)

Mi niña muerta, ¡oh, dolor!,
por culpa de ese indecente 140
que le trastornó la mente.
¡Maldito sea el amor!

(Tocándole en las piernas.)

Hija, la vida recobra,
porque si no me suicido.
¿No hablas? Pues me decido. 145
Ea, manos a la obra.

(Sacando un cajón de la cómoda.)

¿Estará el veneno aquí
que a los ratones mataba?

(Toma un papel liado.)

Ya tengo lo que buscaba.
¡A morir! Yo soy así. 150

(En un vaso que habrá encima de la cómoda vierte los polvos que contiene el papel. Al vaso.)

¡Ámame porque te adoro,
mortal vaso de veneno,
y arráncame si eres bueno
el corazón! Yo lo imploro.

(Se bebe el contenido y cae envenenada.)



Escena VII



GONZALO, JUEZ y Agentes.

GONZALO

(Sorprendido.)

¡Santa María, gran Dios! 155
Estoy soñando o despierto.
Hace poco dejé a un muerto
y ahora me encuentro con dos.
Pero, Señor, ¿será antojo
o un efecto visionario 160
que me hace ver lo contrario?
¿Tendré una mota en el ojo?

(Con amargura.)

Pero no hay tal, es mi esposa,
mi mujer idolatrada
que abandona su morada 165
por hacer alguna cosa.

(Arrodíllase junto a INÉS.)

¡Pobre ángel del hogar,
que dejas en gran apuro
a tu esposo, y sin un duro,
que es tan duro de alcanzar! 170

(La besa.)

Deja que pose en tu frente
un ósculo cariñoso,
el último que tu esposo
te ha de dar por la presente.

(Muévese INÉS.)

¡Qué veo, su faz altiva 175
sonríe y el corazón
aún late! ¡Vana ilusión,
si está más muerta que viva!

(Levántase con energía y decisión.)

¡Ea, de clamores basta!;
y pues que murió la madre 180
y la hija, muera el padre,
y así termina mi casta.

(Dirigiéndose a PAZ.)

Hija mía, me arrepiento
de los males que he causado.
Soy un monstruo adulterado, 185
un pedazo de jumento.
Adiós Paz, hasta después.

(A INÉS.)

Inés, lo mismo te digo.

(A los demás.)

Carguen ustedes conmigo;
quiero decir, con los tres. 190

(Dase un tiro y cae muerto. Llévanse con precipitación los tres cadáveres.)



(Durante la escena el JUEZ y los Agentes de cuando en cuando moverán la cabeza como filosofando lo que son las cosas.)



Escena VIII



GLORIA y, a poco, JUAN.

GLORIA.- (Sorprendida.) ¡Dios mío, qué tiro más desgarrador! Toda la familia se ha quitado de en medio... y se la llevan dejándome sola con el frío que hace. Si al menos tuviera un objeto que me diera calor.

JUAN.- (Estupefacto.) Gloria, por Dios, contesta inmediatamente. ¿Dónde está la familia de esta casa?

GLORIA.- En el mundo de los fallecidos.

JUAN.- No me engañé, eran ellos, cadáveres magullados. Dime por todos los santos de este mes, ¿qué ha pasado en esta terrorífica mansión? ¿Qué mortífero instrumento ha ejercido su fatal profesión?

GLORIA.- (Señalando a las ligas.) Ahí lo tenéis.

JUAN

El cuerpo del delito. Las ligas de mi morena.

(Dirigiéndose a las ligas.)


Ligas que en tiempos mejores


ostentabas los colores


en fina piel. Hoy, malditas,


mis ilusiones marchitas


y asesinas mis amores. 195

GLORIA.- ¡Por Dios, señorito, que me acongojáis! Tenéis un modo de decir las cosas que sois capaz de enternecer a un usurero.

JUAN.- Gloria de mi alma, ya no escucharás el acento sonoro y angelical de tu señorita; ya no recibirás las dulces caricias de mi amada.

GLORIA.- Ni usted tampoco.

JUAN.- Es verdad. ¿Te acuerdas con qué graciosa coquetería me agarraba la mano?

GLORIA.- Sí, señorito, la misma que me daba perras cuando le entregaba las cartitas amorosas de usted.

JUAN.- (Con naturalidad.) Yo también te daba propina.

GLORIA.- Algunas veces.

JUAN.- (Con romanticismo.) Y pensar que no tengo quien me consuele es para triturarse el corazón.

GLORIA.- (Llorando.) Y los papás tan buenos.

JUAN.- Déjalos que descansen en el otro barrio. Cuando recuerdo que ellos fueron la causa de la pena que me anonada, los estropearía.

GLORIA.- ¿Más que están?

JUAN.- Es verdad, no sé lo que me digo; estoy ebrio.

GLORIA.- ¿Tanto ha bebido?

JUAN.- Quiero decir, ebrio de indignación.

GLORIA.- ¡Pobre señorita!

JUAN.- ¡Pobre de mí!

GLORIA.- Y pobre de todos.

JUAN.- (Con decisión.) Estoy resuelto, la muerte de mi Paz reclama la mía.

GLORIA.- (Con gravedad.) Soy de la misma opinión.

JUAN.- ¿Tienes algún plan terrorífico que poner en práctica?

GLORIA.- Sí.

JUAN.- Dímelo, que lo pido con mucha necesidad.

GLORIA.- (Con sencillez.) He pensado arrojarme por el balcón.

JUAN.- ¡No tardes!

GLORIA.- ¿Qué?

JUAN.- En arrepentirte.

GLORIA.- (En tono dramático.) No lo conseguiréis. La vida de mi señorita es la mía, su muerte está pidiendo a voces que yo haga una lúgubre barbaridad.

JUAN.- Mira que me vas a dar un disgusto.

GLORIA.- Insensato, ¿suponéis que yo soy una criada sin alma, vida y corazón? Os equivocáis. Mi resolución es irrevocable, aunque me dierais doble propina, que antes no cedería.

JUAN.- Siendo así, me tranquilizo. Hágase tu voluntad.

GLORIA.- Adiós, señorito. No me detengáis, porque es inútil.

JUAN.- Tu voluntad será respetada.

GLORIA.- (Con naturalidad.) Voy a estropearme antes que sea más tarde.

JUAN.- El porrazo te sea leve.

GLORIA.- (Con ampulosidad.) Con Dios, hasta que oigáis el golpe fatal. (Vase rápidamente.)

JUAN.- Esta fregatriz me descuaja. ¿Será capaz de cometer semejante burrisidio?



(Dentro se oye un golpe y un grito.)

UNO.- La Gloria se ha tirao por el balcón y se ha hecho manensia.

OTRO.- Vamos a llevarla a la casa de socorro inmediatamente.

JUAN

(Desesperado.)


¡Horror, terror y furor!


Otra víctima, ¡qué horror!,


por mi causa malhadada.


Víctima sacrificada


solamente por mi amor. 200

¿Soy culpable, Dios clemente,


de ser aspirante a yerno?


Está visto que el infierno


pretende turbar mi mente


para que una tontería 205

cometa por el error


de este corazón traidor


que rendirse no creía.


Pues bien, estoy decidido.


Sin mi Paz y la criada 210

la vida me importa nada.


Nada, nada, me suicido.


No aguanto más, ¡voto a San!


Mi solución es completa:


hoy mismo tomo soleta 215

y que me lleve Satán.


Y ahora verá el justo cielo


el valor extraordinario


del joven veterinario


que va a morir como Otelo. 220

(Dase varias puñaladas y cae muerto.)




Escena IX



TRASPUNTE, APUNTADOR, ESPECTADOR 1.º, ESPECTADOR 2.º y AUTOR. Viento, relámpagos y truenos.

TRASPUNTE.- (Con libro y vela.) Respetable público, es imposible continuar la obra, pues, como ustedes acaban de presenciar, los artistas que tomaban parte en ella han tenido la desgracia de morir. Esperando del inteligente auditorio dispensen tan lamentable incidente. Y rueguen a Dios por el alma de tan infortunados actores.

ESPECTADOR 1º.- Guasón.

TRASPUNTE.- ¿Es a mí?

ESPECTADOR 1º.- A ti y a esa cuadrilla de perdidos que nos han engañado.

TRASPUNTE.- El perdido será usted.

ESPECTADOR 1º.- Vaya y que le den un tiro.

TRASPUNTE.- Que se lo den a usted.

ESPECTADOR 1º.- A ti primero. (Le da un tiro) Toma. (Cae muerto.)

APUNTADOR.- (Saliendo de la concha.) Señores, ¿qué escándalo es éste? Por lo visto quieren matar hasta las ratas del teatro. De todo esto tiene la culpa la autoridad.

ESPECTADOR 2º.- ¿Qué tiene que decir de ella, insolente?

APUNTADOR.- Eso no es capaz de decírmelo en otra parte.

ESPECTADOR 2º.- Aquí y en todas.

APUNTADOR.- Quisiera verlo.

ESPECTADOR 2º.- Ahora mismo. (Le descerraja un tiro y cae muerto.)

ESPECTADOR 1º y ESPECTADOR 2º.- ¡Que salga, el autor, que salga el autor!



(Sale el AUTOR. Cae un rayo
y lo mata.)







TELÓN RÁPIDO
(fuente: SirveObras del Cervantes Virtual)